Qué buenas son las calabazas de otoño, que en Barcelona se pueden comprar en muchas fruterías y verdulerías. Las traen los payeses de los pueblos cercanos y son mucho mejores que esas aburridas calabazas pequeñas, fibrosas e insípidas que normalmente hay que sufrir. Este bizcocho de calabaza está hecho con harina "tipo 00" y tenía una suavidad fantástica:
Y hoy, pasta fresca casera rellena: tortelloni de calabaza, queso fresco y nueces. Cada vez nos sale con menos trastorno de la cocina, que al principio acababa toda la casa embadurnada de harina:
La salsa es de tomate, aceitunas y nata, con un poquito de vinagre de módena de 60 meses y aceite ecológico de Sant Mateu. ¡¡¡Qué buenooo!!!
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