Como el día lo requería, probamos el Pa de Sant Jordi, que nos gustó mucho. Éste lo compramos en Escribá, donde también nos compramos unos ricos Bunyols de Cuaresma, perfectos para la merienda:
Como estaban tan ricos pero son muy muy caros (ocho bunyols nos costaron 6 euros), el cocinillas hizo su propia versión, que estaba aún más buena:
Además, para celebrar el regalo que le han traído unos reyes magos madrileños, también tuvimos pasta casera para comer: