Por fin! Aquí están las fotos del Tickets Bar, el sitio de los hermanos Adriá en Barcelona (las fotos son pequeñas y comprimida). Cuento algunas cosas:
- El sitio es un bar. Eso sí, es el meta-mega-bar, en el sentido de que todo da vueltas en torno al mundo de las tapas pero siempre con una reflexión adicional, y además porque la calidad de lo que te van trayendo es siempre superior a lo que uno se espera, por más que se esfuerce. Aún así, si una persona con un conocimiento nulo de cocina fuese, le parecería todo relativamente lógico y normal, muy rollo canalla Avinguda del Paral.lel. Está muy bien conseguida esa dualidad entre la informalidad y lo más elaborado, simplemente uno puede elegir sin presión el estado de ánimo que le apetezca tener y disfrutar por un lado, el otro o ambos.
- El
servicio es pausado aunque constante. No te meten prisas (por más que quisieran, como nos comentó el propio Albert Adriá: "todavía no tenemos vuestra mesa, pero es que hay gente que llega a las 7 y no se va"). Ojo, nos tuvieron esperando 5 minutos y A.A. se disculpó, chúpate esa tasca de la tía paca, a ver dónde te sale el mejor cocinero del mundo a disculparse personalmente porque tu mesa tiene un retraso de 5 minutos.
- Tener delante a
los cocineros trabajando es muy entretenido e interesante. También les obliga mucho, porque no pueden esconder nada, aún así hay elaboraciones que se realizan en la cocina aparte (que ha de ser desproporcionadamente grande porque son muy muy complicadillas).- Spin-off de El Bulli: en este negocio han aprovechado todo lo que han podido de El Bulli: vajillas, platos, técnicas y personal. A ellos les sale más barato y para el que va es un verdadero gusto, porque da una oportunidad de experimentar parte de aquello a los que no pudimos ir.
-
Tickets vs. 41º: la diferencia, habiendo ido a ambos, no es tanta. La experiencia es similar y, ahora que el 41º tiene una carta bastante larga, no hay que tirarse de los pelos por no poder ir al bareto. La coctelería es en muchos sentidos igual y en otros, incluso mejor (las súper ostras sólo las tienen en el 41º, en el otro hay, pero las elaboraciones son más de tasca, como corresponde).
Cócteles del 41º
- Detalles de los platos que no se perciben en las fotos: De todas las técnicas Bullescas, el CRU es de lo más ingenioso. Es relativamente low-tech y el resultado es impresionante. Consiste en infusionar al vacío un líquido dentro de una fruta o una verdura. En este caso, s
angría dentro de sandía, menudo aperitivo espectacular, me hubiese comido dos sandías de esto.
El típico calvo palizas: una de las maldiciones de los hermanos Adriá dice: "serás el mejor cocinero del mundo y siempre tendrás comensales paquetes que no tendrán ni idea de lo que haces". La gente en general lo valoraba, pero en la bulla que había se podían escuchar a varios que no entendían o no querían entender el juego que se les presentaba. Mi solución: patear culos y sólo dejar ir al que supere un examen de cocina chungo que te cagas. A lo mejor es poco comercial...
Lo que parece una raspa en el
pescaíto frito ES una raspa de sardina enterita liofilizada. Está buenísima. Eran boca bits variados, cada uno con sabor a un pescado distinto. Muy virtuoso. Su defecto: el pulpo está muy logrado esteticamente... pero sabe poco a pulpo, como sabemos los que lo comimos en el 41º.
Tomates el feo: unos tomates seleccionados por su mala pinta exterior y exquisito sabor. Lo muy rico y simple era el aliño, que estaba hecho con una demi-gelée, muy fresco y perfectamente factible en casa.
El
guacamole con bacalao y pimentón (combinación espectacular) te lo hacía un tío que iba por el garito con un carrito lleno de aguacates. Un crack.
El
pastel blando es una especie de coulant. Me daba muchísima pereza pedirlo (abajo el coulant! Es el postre maldito), pero nos lo recomendaron mucho y realmente era tremendo, paredes ultra finas y un líquido sedoso y maravilloso en el interior. Una chulería, que te hago el postre más coñazo que existe y aún así lo flipas.
Las cerezas eran muy buenas: una normal, otra con el hueso sustituído por un pistacho y la otra líquida de licor recubierta de chocolate hiper fino.
El cornete de mango te lo traía otro menda con un carrito de helados; el sorbete, muy rico, pero sobre todo el barquillo hecho con una lámina de mango cristalizada era de otro planeta.
Otros platos que nos gustaron mucho:
Atún braseado con su refrito y tomate
Navajas con aire de lima
jamón de toroesferificación de queso payoyo gaditano
- El café era completamente de bar y no muy bueno. Pero precisamente por eso encajaba bastante bien!
En conclusión, que nos gustó mucho.